Los consumidores dicen que ingieren con frecuencia alimentos y bebidas bajos en calorías y sin azúcar para estar en mejor estado de salud o simplemente porque saben bien. Muchos de estos productos contienen ingredientes llamados “alcoholes de azúcar” o “polioles”. Un poliol (o alcohol de azúcar) no es un azúcar ni un alcohol. Los polioles son un grupo de hidratos de carbono poco digestibles derivados de la hidrogenación de una base de azúcar o jarabe (p. ej. el lactitol de la lactosa). Estos edulcorantes saben como el azúcar pero tienen ventajas especiales.
Los polioles sirven como sustitutos del azúcar en diversos productos. Estos alimentos sin azúcar incluyen gomas de mascar, golosinas, helados, productos horneados y dulces de fruta. Además, funcionan bien en rellenos y glaseados, frutas enlatadas, bebidas, yogur y como edulcorantes de mesa. También se utilizan en pastas de dientes, enjuagues bucales y productos farmacéuticos como el jarabe para la tos y las pastillas para la garganta.
Existen distintos polioles que se utilizan como ingredientes en los alimentos sin azúcar: el eritritol, los poliglicitoles/hidrosilatos de almidón hidrogenados (que incluyen los jarabes de maltitol), el isomalt, el lactitol, el maltitol, el manitol, el sorbitol y el xilitol.
Beneficios específicos:
- No promueven el desarrollo de caries.
- Valores calóricos reducidos.
- Bajo índice glucémico (IG).
RESUMEN
Con la demanda actual por parte de los consumidores de productos bajos en calorías y sin azúcar, la mayor disponibilidad de polioles y las innovaciones en tecnología de producción de alimentos, se espera que surjan nuevos productos bajos en calorías y sin azúcar con un buen sabor. Estos productos podrían ayudar a los consumidores a mantener una buena salud bucal, perder peso o mantenerlo y reducir la carga glucémica.
NO PROMUEVEN EL DESARROLLO DE CARIES
La Administración de Fármacos y Alimentos (Food and Drug Administration, FDA) de los EE. UU. ha autorizado el uso de la declaración “no promueve el desarrollo de caries” en los productos sin azúcar endulzados con polioles. La reglamentación dispone que cuando “haya hidratos de carbono fermentables en un alimento que contenga alcohol de azúcar, el mismo no debe disminuir el pH de la placa por debajo de 5,7 como consecuencia de la fermentación bacteriana durante el consumo ni en los 30 minutos posteriores al consumo; la medición deberá realizarse con la prueba de la placa interna que se describe en “Identification of Low Caries Risk Dietary Components,’ T.N. Imfeld, Vol. 11, Monographs in Oral Science (1983)”.
En muchas otras partes del mundo, los productos endulzados con polioles que cumplen las reglamentaciones o directrices indicadas también pueden etiquetarse como sanos para los dientes.
VALORES CALÓRICOS REDUCIDOS
Dado que los polioles (azúcares de alcohol) tienen menores valores calóricos que los azúcares, pueden ayudar a la gente a alcanzar sus objetivos de peso durante una dieta reducida en calorías. Los polioles se metabolizan de forma distinta que los azúcares. En general se absorben en forma incompleta. Las porciones que se absorben se metabolizan (en general, mediante mecanismos que no dependen de la insulina) o se excretan en la orina. Una cantidad importante de la porción que no se absorbe es metabolizada por las bacterias del intestino grueso y transformada en ácidos grasos de cadena corta y gases.
Debido a su destino metabólico diferente, los polioles (o alcoholes de azúcar) aportan considerablemente menos de las cuatro calorías por gramo que se asignan tradicionalmente a los hidratos de carbono en general. Aunque las cifras varían para cada miembro de la clase, existe un amplio consenso de que los polioles tienen un menor valor calórico que los azúcares. La FDA permite el uso de los siguientes valores calóricos para los polioles: 0,2 calorías por gramo para el eritritol; 1,6 para el manitol; 2,0 para el isomalt y el lactitol; 2,1 para el maltitol; 2,4 para el xilitol; 2,6 para el sorbitol; y 3,0 para los hidrosilatos de almidón hidrogenados. Estos valores deben compararse con las cuatro calorías por gramo de los azúcares. En la Unión Europea se asigna a todos los polioles un valor calórico de 2,4 calorías por gramo, a excepción del eritritol al cual se le asignan cero calorías por gramo.
BAJO ÍNDICE GLUCÉMICO (IG)
La naturaleza química de los hidratos de carbono no es un indicador confiable de su efecto fisiológico. El Índice Glucémico (IG) se estableció hace unos 20 años como una forma de clasificar los alimentos de acuerdo con su potencial para aumentar el nivel de glucosa en sangre. A lo largo de los últimos 20 años, los estudios clínicos y la investigación científica han demostrado que el concepto puede aplicarse a alimentos aislados, platos combinados y dietas enteras, a gente con y sin diabetes, y que los métodos que se utilizan son reproducibles y consistentes. Se han publicado Tablas de Índices Glucémicos que presentan más de 1000 alimentos ordenados según su IG, incluidos hidratos de carbono puros y productos comerciales.
Los problemas de salud relacionados con el sobrepeso se están convirtiendo en la mayor preocupación de salud del mundo industrializado. La Organización Mundial de la Salud y la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (OMS/FAO, por sus siglas en inglés) han declarado que, a nivel mundial, el sobrepeso es un problema más grave que la malnutrición y han recomendado que las personas de los países industrializados basen sus dietas en alimentos con bajos IG para evitar las enfermedades de la civilización más comunes.
La relevancia clínica del IG aún está sujeta a un debate intenso. Sin embargo, está claro que la tasa de absorción de los hidratos de carbono luego de una comida, cuantificada por el IG, tiene efectos importantes sobre las respuestas metabólica y hormonal posprandiales. Las comidas con IG altos promueven la ingestión excesiva de comida, la disfunción de las células beta, la dislipidemia y la disfunción endotelial. Por lo tanto, el consumo habitual de alimentos con IG altos puede aumentar el riesgo de sufrir obesidad, diabetes tipo 2 y cardiopatía. En cambio, una reducción de la carga glucémica total de la dieta puede ayudar a reducir dicho riesgo.
La Junta de Alimentos y Nutrición del Instituto de Medicina de la Academia Nacional de Ciencias de EE. UU. llegó recientemente a la siguiente conclusión:
Existe un volumen significativo de información que sugiere que los alimentos almidonados que se absorben más lentamente y que están menos procesados o se procesan con métodos tradicionales podrían presentar ventajas de salud respecto de aquellos que se digieren y absorben rápidamente. Estos alimentos se han clasificado con un IG bajo y reducen la carga glucémica de la dieta. No todos los estudios de dietas con IG o cargas glucémicas bajas han mostrado efectos beneficiosos, pero ninguno ha mostrado efectos negativos. En una época en la que las personas son cada vez más obesas, inactivas y propensas a la resistencia a la insulina, también existen razones teóricas para suponer que las intervenciones dietéticas que reducen la demanda de insulina podrían tener ventajas. En esta sección de la población, es probable que los alimentos con hidratos de carbono que se absorben más lentamente y las dietas con bajas cargas glucémicas presenten la mayor ventaja… Sin embargo, el principio de ralentizar la absorción de hidratos de carbono, que podría sustentar algunos de los hallazgos positivos en relación con el IG, es un principio potencialmente importante respecto de los efectos beneficiosos de los hidratos de carbono sobre la salud. Se necesitan más investigaciones en este tema.
Todos los polioles tienen un IG bajo y pueden usarse para sustituir total o parcialmente la sacarosa, la glucosa y los polisacáridos de altos IG como el almidón y la maltodextrina en una amplia variedad de alimentos procesados como productos lácteos, alimentos horneados y golosinas. Los polioles y los hidratos de carbono especiales asociados pueden jugar un papel importante en la reducción de la carga glucémica total de la dieta y, al hacerlo, pueden ayudar a reducir el riesgo de diversas enfermedades relacionadas con el “estilo de vida”.
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